Pensar V


La neurosis y el sentido
El que la vida tenga sentido hace muchas cosas soportables -quizá todas las cosas. La falta de sentido inhibe la totalidad de la vida y, por tanto, equivale a enfermedad.

Jung sostuvo con frecuencia que, la neurosis es el sufrimiento sin sentido, sin significado y la huída que aleja del auténtico ser. La pérdida de símbolos tribales, y el enlace con lo trascendente que ellos proveen, obligó a la tarea de sentido a invertirse en la forma de neurosis personal.

Cuando Jung habla del arquetipo se refiere a algo elemental, como los instintos para la sobrevivencia biológica y la interacción social, así también hay instintos para la conexión espiritual. Igual que como nuestras necesidades físicas y sociales buscan satisfacción, así los instintos espirituales de este animal humano están expresados a través del poder de las imágenes para evocar la respuesta afectiva. Jung concluye: "Los mitos y los cuentos de hadas dan expresión a los procesos inconscientes y volverlos a contar provoca que estos procesos revivan y sean reunidos, restableciendo por tanto la conexión entre consciente e inconsciente. Lo que significa la separación de dos mitades psíquicas, los psiquiatras lo saben demasiado bien, el psiquiatra lo conoce como disociación de la personalidad, la raíz de toda neurosis” (Jung, Aion).

Lo numinoso: la idea de lo numinoso está enterrada en su etimología. La palabra de origen significa asentir, ordenar, intimar; o sea, lo numinoso es autónomo y nos está buscando, solicitando atención de nuestra conciencia. En segundo lugar, la psique provee estructura de modo que podamos suplir relaciones para ordenar ese flujo. Éste orden hace posible el significado; es el requisito para la conciencia.

Más aún, tal como el que estudia los sueños lo sabe bien, la energía invisible de la psique busca, escarba, los mundos conocidos y desconocidos, buscando imágenes que se vuelvan anfitrionas de significado. Tales imágenes son llenadas con energía y se presentan dinámicamente para la posibilidad de discernimiento consciente. Además de crear conciencia, estas imágenes activan dando órdenes y dirigiendo a la libido, y la energía en servicio impulsa el desarrollo y las necesidades trascendentes del organismo. Éste efecto es experimentado en ritos de pasaje, en símbolos religiosos vivientes, y en una vida de experiencias cargadas afectivamente que nos mueven y confunden. A través de la formación autónoma de símbolos y de la imaginación arquetipal, nos movemos a ritmos antiguos y representamos dramas antiguos, los conozcamos o no.
Las decepciones de la cultura moderna tientan a la mente consciente a buscar la gratificación inmediata, pero Jung ha notado que, al final, tales ideologías como el materialismo, el hedonismo y el narcisismo simplemente no trabajan, y no conectan. El significado sólo llega cuando “la gente siente que está viviendo la vida simbólica, que son actores en el drama divino. Esto da el único significado a la vida humana; sino, cada cosa es banal y puedes descartarla. Una carrera, tener hijos, todo son ilusiones, maya, comparados con esto, que tu vida es significativa" (Jung, La vida simbólica)


(Fuente: "The Archetypal Imagination" por James Hollis)

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