La neurosis y el sentido
El
que la vida tenga sentido hace muchas cosas soportables -quizá todas las cosas.
La falta de sentido inhibe la totalidad de la vida y, por tanto, equivale a
enfermedad.
Jung
sostuvo con frecuencia que, la
neurosis es el sufrimiento sin sentido, sin significado y la huída que
aleja del auténtico ser. La pérdida de símbolos tribales, y el enlace con lo
trascendente que ellos proveen, obligó a la tarea de sentido a invertirse en la
forma de neurosis personal.
Cuando Jung habla del arquetipo se
refiere a algo elemental, como los instintos para la sobrevivencia biológica y
la interacción social, así también hay instintos para la conexión espiritual. Igual que como nuestras
necesidades físicas y sociales buscan satisfacción, así los instintos espirituales
de este animal humano están expresados a través del poder de las imágenes para
evocar la respuesta afectiva. Jung concluye: "Los mitos y los cuentos de
hadas dan expresión a los procesos inconscientes y volverlos a contar provoca
que estos procesos revivan y sean reunidos, restableciendo por tanto la
conexión entre consciente e inconsciente. Lo que significa la separación de dos
mitades psíquicas, los psiquiatras lo saben demasiado bien, el psiquiatra lo
conoce como disociación de la personalidad, la raíz de toda neurosis” (Jung, Aion).
Lo
numinoso: la idea de lo numinoso está enterrada en su etimología. La palabra de
origen significa asentir, ordenar, intimar; o sea, lo numinoso es autónomo y
nos está buscando, solicitando atención de nuestra conciencia. En segundo
lugar, la psique provee estructura de modo que podamos suplir relaciones para ordenar
ese flujo. Éste orden hace posible el significado; es el requisito para la
conciencia.
Más
aún, tal como el que estudia los sueños lo sabe bien, la energía invisible de
la psique busca, escarba, los mundos conocidos y desconocidos, buscando
imágenes que se vuelvan anfitrionas de significado. Tales imágenes son llenadas
con energía y se presentan dinámicamente para la posibilidad de discernimiento
consciente. Además de crear conciencia, estas imágenes activan dando órdenes y
dirigiendo a la libido, y la energía en servicio impulsa el desarrollo y las
necesidades trascendentes del organismo. Éste efecto es experimentado en ritos
de pasaje, en símbolos religiosos vivientes, y en una vida de experiencias
cargadas afectivamente que nos mueven y confunden. A través de la formación
autónoma de símbolos y de la imaginación arquetipal, nos movemos a ritmos
antiguos y representamos dramas antiguos, los conozcamos o no.
Las decepciones de la
cultura moderna tientan a la mente consciente a buscar la gratificación
inmediata, pero Jung ha notado que, al final, tales ideologías como el materialismo,
el hedonismo y el narcisismo simplemente no trabajan, y no conectan. El significado sólo llega cuando
“la gente siente que está viviendo la vida simbólica, que son actores en el
drama divino. Esto da el único significado a la vida humana; sino, cada
cosa es banal y puedes descartarla. Una carrera, tener hijos, todo son ilusiones,
maya, comparados con esto, que tu
vida es significativa" (Jung, La
vida simbólica)(Fuente: "The Archetypal Imagination" por James Hollis)
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